lunes, 30 de junio de 2008

Un día en la playa

Una de las cosas que me gusta hacer cuando voy a la playa, a parte de tomar el sol y bañarme, es mirar a las personas que vienen hacer lo mismo. Las familias con niños que van cargadas como si fuesen a pasar quince días, y solo van a estar un rato llevan dos o tres bolsas, la sombrilla, las esterillas, las sillas, la nevera, etc. la madre cuando termina de colocar todo ya casi es la hora de marchar; las pandillas donde siempre esta el listo que no lleva nada(ni toalla) y usa todo lo de loas demás, el bronceador, la comida, la bebida. antes estos grupos eran mas ruidosos con lo tremendos cassettes, pero ahora con los Mp3 cada uno esta en su mundo.
Ya casi no se ven pelotas, raquetas ni discos de tirar, lo que mas abunda a parte de los Mp3 son las consolas donde tienen que hacer verdaderas filigranas para poder ver la pantalla por el efecto del sol, se ponen la toalla a modo de tienda de campaña, o debajo de la sombrilla al margen de estar peocupados que no les entre arena, siguen haciendo lo que hacen en casa pero cambian el escenario, por tanto no disfrutan de la playa, ya que apenas de bañan.
Este año lo que mas me llamó la atención y solo fui un día, es el aumento de tatuajes cada cual mas grande y grotesco, en gente mas joven cada año. Lo malo de esta moda es cuando se den cuenta de su error no tiene marcha atrás, y lo tienen que aguantar el resto de sus vida, una marca indeleble hecho por un capricho del momento la mayoría de las veces sin meditar las consecuencias futuras de marcar su cuerpo sin necesidad.

1 comentario:

Hematocrítico dijo...

Totalmente de acuerdo! Los tatuajes esos tribales son de pena!