Eso es lo que parece que sucedió en la localidad coruñesa de Cee, con un cadáver. Los restos mortales de Crisanto Lopez industrial que falleció hace dos años, desaparecieron del nicho donde estaba enterrado, cuando la autoridad judicial procedió a su apertura, para extraer muestras de ADN; cosa que sus familiares quedaron"extrañados" ante tan raro suceso.
Hasta aquí ningún problema, si no fuera por que el fallecido dejo una suculenta herencia para su viuda y tres hijas; pero el caso es que apareció en escena Manuel que como todo el mundo sabia en el pueblo es hijo natural del fallecido aunque este nunca lo había reconocido como hijo suyo, reclamando su parte de herencia. Y claro no es lo mismo repartir entre cuatro que entre cinco, por tanto la desaparición del cadáver deja de ser misteriosa para convertirse en necesaria para poder ocultar las pruebas de ADN, so no hay rastros no hay muestras.
¿ Y el finado, donde está?. como dicen en el pueblo, ase de ver.
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