Uno de los placeres que disfruto cada vez con más afición, es caminar sin rumbo por las ciudades, la mía u otras, encontrándote con calles que traen recuerdos de la niñez, las zonas nuevas que no dejan de ser tranformaciones en algunos casos verdaderas metamorfosis de los que había, pequeñas campos de cultivo, antiguas construcciones, viejos galpones de los muelles, que han algunos casos producen nostalgia. Pero cuando eso mismo, pasear y perderse por una gran ciudad que apenas conoces, el disfrute es mayor, mas impactan te, cambia absolutamente todo; la manera de vestir, los aromas, las construcciones. Te quedas observando y disfrutas al menos en mi caso, con ese fluir de imagenes y sensaciones que me producen un momento de felicidad. Lo dicho empieza por perderte por tu propia ciudad, sin rumbo fijo me lo agradeceras.
1 comentario:
Por ejemplo por la zona de Peña Moa
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